Miércoles 5 de Febrero y la sala Capitol de Santiago de Compostela estaba expectante por la llegada de los “Tres Caballeros”, los músicos de músicos: The Aristocrats.

Os dejamos con la crónica de su concierto realizada por Cristian Baz.

Aparecían a lomos del “Mule Train” de Frankie Laine y uno tras otro: Marco Minnemann, Guthrie Govan y Bryan Beller, se sumaban a su trote y tras esto comenzaban con su clásico “Blues Fuckers” con saludo en gallego incluído por parte del señor Minnemann y desplegando ya su artillería desde el principio.

Tras semejante comienzo, Bryan Beller procedía a contarnos la historia de su siguiente tema “D-Grade Fuck Movie Jam”, nacido de una crítica llamándolos “bad music for a bad porno” y la cual contiene el peor cencerro del mundo, comprado tras una búsqueda exhaustiva en la última gira y en Tenerife concretamente. Teniendo en cuenta la aversión de Marco a los cencerros, este aparecía en manos de uno de sus roadies para los momentos necesarios hasta volver a desaparecer para siempre.

El siguiente tema sería uno compuesto por Guthrie “Spanish Eddie”, tema que le sonaba español pero con un título maldito, ya que también es un tema de la cantante Laura Branigan, que afortunadamente sólo una persona del público conocía.

When We All Come Together o “Cando Todos Nos Xuntamos”, como bien decía Marco Minnemann en gallego, debe su nombre a las noche de cervezas en el pub, con una melodía principal que recuerda al folk irlandés. Con dos secciones en las que el público marcó el ritmo e incluso compases de 23/16, se notaba que el público congregado no era precisamente amateur en el apartado musical y estaba perfectamente sincronizado con la banda en todo momento.

Después de esta fiesta, Bryan Beller, con la ayuda de alguien del público realmente afectado por los hechos que sólo gritaba la palabra “FUCK”, nos narraba la historia de como todo su equipo (incluídos sus preciados bajos custom Mike Lull) fue robado. Gracias a la ayuda de Facebook y la policía, el matrimonio de ladrones (a esto se debe el nombre de la canción) fue arrestado con, si mal no recuerdo, 11 coches de policía rodeándolos y gritando que saliesen con las manos en alto aunque, a pesar de todo este despliegue, sus bajos nunca serían encontrados.

A este seguiría Get It Like That, dedicada al recientemente fallecido Neil Peart, baterista de Rush seguida de un solo de batería del propio Marco, que finalizó con una mini-versión de YYZ tocada con sus ya clásicos cerdo y pollo de goma.

Last Orders, el momento más triste del concierto, alude también al momento más triste para Guthrie, cuando suena la campana de últimas consumiciones antes de cerrar un pub. Tan triste, que para tocarlo necesitaron sentarse para asimilarlo y en el cual Guthrie me recordó con sus acordes al gran Allan Holdsworth, que en paz descanse. Entre esto y que el público estuviese completamente en silencio en la parte más tranquila hacia el final del tema, hasta la tristeza pudo a un servidor.

Guthrie sacaba un libro llamado “The Kentucky Meat Shower”, explicando la historia con ilustraciones sobre el siguiente tema que vendría, con el mismo nombre. Increíble solo por parte de Bryan Beller en este tema.

A continuación, Desert Tornado, un tema que perfectamente representa e incluso transmite la misma angustia que pasó el propio Marco Minnemann cuando se encontró con un tornado conduciendo por el desierto y Flatlands, otro momento melancólico del concierto sobre por muy feliz que seas, las nubes siempre acaban llegando.

Para finalizar, Bryan Beller unía a todo el público para hacer la melodía principal de Smuggler’s Corridor de diferentes formas: cantando, con canto gutural, con la palabra estrella del concierto “fuck” e incluso llegando a bromear con Guthrie tocándola dos octavas por encima.

Increíble lección de tres de los mayores músicos del planeta durante esa noche, tanto de musicalidad como haciendo un concierto instrumental tan entretenido e interactivo para los asistentes.





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