Las guitarras van cogiendo personalidad con el uso, muescas, arañazos, golpes,… y seguramente en alguna ocasión te has planteado pintar una guitarra eléctrica tú mismo. Personalizar tu instrumento tanto para identificarte mejor con él como si deseas darle un nuevo aire es una forma de expresarte más allá de la música que interpretes.
Hay diferentes modos de personalizarlas, más allá del cambio de pastillas, puente,… y uno de ellos es usar el método old school de pintar con nitrocelulosa. Como sabéis dos de las marcas pioneras en esto de las 6 cuerdas son Gibson y Fender. Ambas optaron por el acabado nitro en los años cincuenta y sesenta para la mayoría de sus instrumentos. En el otro bando se sitúan los que se conforman con los acabados modernos de poliuretano o poliéster que son más resistentes al desgaste y tienen un aspecto más brillante.
Las ventajas de la nitrocelulosa son múltiples, entre ellas destacaríamos el acabado brillante y que permite una mejor vibración de la madera. Además el compuesto mejora con el tiempo. Por decirlo de algún modo, la laca va curando con el paso del tiempo ya que el disolvente base se va evaporando creando una capa ultrafina que prácticamente se funde con la madera. Esta es quizás una de las razones por las que icónicas guitarras de los años 50 y 60 sean hoy en día tan codiciadas, su sonido, además de mejorar con el paso de los años, es más abierto y ofrece un mayor sustain.
Para que os hagáis una idea de cómo pintar una guitarra con nitrocelulosa el proceso incluye diversas aplicaciones durante diferentes días y en los que el lijado es una de las tareas más tediosas de la experiencia. El compuesto, desarrollado originalmente para el sector automovilístico por Dupont, se funde capa sobre capa lo que hace que se evite la necesidad de un proceso de lijado en cada capa aplicada para simplemente lijar y pulir la capa final.
Los 4 pasos para pintar una guitarra eléctrica con acabado nitro
Lo primero que debes saber es que la nitrocelulosa y el disolvente son inflamables y debes extremar las medidas de seguridad evitando exponerlos a fuentes de calor. Por tu propia seguridad y salud también es más que recomendable el uso de guantes, gafas protectoras y, sobre todo, una mascarillas especial para los procesos de lijado en los que odiarás el polvo que se produce.
Después de, lógicamente, desmontar la guitarra librándonos de puente, clavijero, pastillas,… debes iniciar el proceso – recuerda proteger zonas que no deban recibir la pintura– con un buen lijado. Salvo en determinados modelos, en los que el cuerpo –una Telecaster por ejemplo– es plano el proceso será bastante manual. Es recomendable lijar siempre en la dirección de la veta dejando la madera lo más suave posible.
Una vez de esta tarea afrontaríamos el sellado para cerrar el poro de la madera. También sería buen momento, en caso de ser necesario, para arreglar algún desperfecto. El sellado tendrás que hacer con una imprimación tapa poros y una vez terminada su aplicación te tocará lijar de nuevo… es un sin vivir 😅 lo de lijar.
Finalizada estas dos fases pasaríamos al proceso de pintado de la guitarra en sí aplicando varias capas de nitrocelulosa no sin antes dejar secar bien cada una de ellas. Al terminar es imprescindible lijar con destreza para luego en cuarta y última etapa del proceso pulir y conseguir el brillo final deseado en tu guitarra eléctrica.
¿Te atreves con la tuya?