Sorprendente nivel en un grupo que, actualmente, es el relevo (tanto generacional, como conceptual) de míticas bandas como los Allman Brothers, etc… en el rock blues sureño americano.
Lo curioso es que el líder de esta formación, Warren Haynes (considerado como uno de los 20 mejores guitarristas actuales) es miembro, también, de los Allman Brothers (ocupó el hueco dejado por D. Betts), así como ocasionalmente de los Gratefull Dead.
En este grupo, de sonido absolutamente incontestable, destacan los tres integrantes. Y aquí os traemos el primer trabajo de la banda, del año 1995.
Allen Woody, el, ya fallecido, bajista, con un gusto, clase y fraseos de una categoría fuera de lo común. Con una presencia notoria a lo largo de todos los temas y con un sonido lider, denso, definido y dinámico. Matt Abts es un baterista sobrado, con un control excelso, dominante, muy conductor. En los directos es el chofer de la banda, conduciéndola con maestría y presencia.
Todo el sonido está volcado hacia los directos, de hecho esta banda graba con todos sonando juntos, estilo Jazz, estilo Jam sesión. Y se nota mucho, pues el nivel de empaste y de calidez, de empatía, de feeling entre ellos es salvaje.
Algunos temas se van a los 10 minutos, estilo Allman Brothers, o más bien estilo Gov´t Mule, pues la producción y el sonido obtenido son muy propios, muy personales, inconfundibles. Esta duración de algunos temas te indica la clara orientación del grupo hacia unos directos sin prisas, pero virtuosos, para paladear, para gozar y quedarte con la boca abierta.
La guitarra suena propia, con un gusto solo comparable al de Joe Bonamassa (que es mucho decir), una distorsión muy característica, todo es muy personal. Si no conoces a este grupo, después de oír este disco (todo lo que apareció después es brutal, no desmerece nada) jamás lo volverás a confundir o dudar de su sonido.
La voz de Warren Haynes es igual de característica (o más) y tras oírla no se te quitará de la cabeza. Este tipo es, simplemente, un monstruo del escenario, virtuoso en ambas facetas de guitarra y voz, grandísimo compositor, excelso arreglista.
Para los que no conozcan esta banda, aquí va la primera perla… para los que ya la conozcan, ya saben lo mucho que van a gozar.
Cara A.
Arrancamos con Grinnin´ In Your Face, a capela, sin instrumentos, la primera en la frente, te quedas con su voz. Hay que ser muy bueno, muy líder y muy osado para empezar el primer disco de tu banda con una declaración de intenciones de este calibre. Intenso, profundo, recordando al clásico John The Revelator en sonoridad y estructura (tema que también tocan en directo).
Puro, sin aditivos, sin bromas, esto es cantar.
Y usando este tema como introducción del siguiente, nos vamos directos al sonido Gov´t Mule en Mother Earth, largo, perfecto. Donde la guitarra lo marca todo con un bajo exquisito, sobre un colchón rítmico. Denso, jazzero, de pedal.
Esquema de blues opulento, gordo, con guitarra distorsionada y un gusto en los fraseos que te deja bloqueado. Bajo contundente, con espacio para las frases y líneas definidas. Gran sonido de este gigante del bajo eléctrico.
Tema largo, tónica de la banda, para desarrollar su estética sonora, con maestría y sin agobios, virtuoso, notas muy bien situadas, líneas imaginativas, un pie en el hard rock y dejando espacios para respirar, donde el bajo y la batería ganan protagonismo.
Voz rota, ruda, profunda, protagonista y muy blusera.
En el solo queda la sección rítmica dominando con fuerza, muy marcada, líneas de bajo ricas y bonitas para dejar a la guitarra a placer, hablando, larga en el desarrollo, elegante. El bajo es una gozada.
Esto es Gov´t Mule, este tema puede ser su definición.
En Rocking Horse, estamos ante puro ritmo a cargo de la guitarra distorsionada. La voz sobre todas las capas sonoras y el bajo cabalgando con energía.
La batería fantástica, marcándolo todo. Pero dejando ser la reina a la guitarra.
En el último corte de esta cara, Monkey Hill, la voz empieza en segundo plano, distorsionada sobre el riff de guitarra y base del bajo dominando con un pedal.
La voz pasa a primer plano con su característico timbre (que hace inconfundible a Haynes) y siempre sobre fraseos de guitarra notablemente creativos y extensos. Habla tanto con la voz como con la guitarra, una es una extensión de la otra, de forma natural, sorprendentemente natural.
Juego pregunta y respuesta entre la voz en primer y en segundo plano.
Solos atonales, con armonías muy distintas a las esperables, esto no suena a lo que hacen todos, esto suena distinto.
Frases sueltas del bajo eléctrico que te dejan sentado, pendiente de lo que vendrá a continuación… ricas, articuladas, definidas, con gusto.
Cara B.
Temporary Saint, con baterías y base de cuerdas juntas, marcando la melodía desde el principio y dejando paso a la “clásica” guitarra de Gov´t Mule, con un efecto de pedal muy Hammond. La voz sobre esta sonoridad con permiso del bajo.
Este sonido de guitarra será la característica que se desarrollara a lo largo de los siguientes años, marca de la casa, su tarjeta de presentación.
La batería se encuentra muy a gusto y siempre de la mano del bajo. Con progresiones sobre la caja muy elegantes. Con fuerza y determinación. Llenándolo todo y cubriendo los espacios sonoros, marcando las diferentes parcelas (que son muchas en temas tan largos).
Los solos de Haynes definen la palabra elegancia, y te cuentan mucho, en este caso, sobre voces en off de conversaciones.
Sobre un riff y una línea de bajo más jazzera nos dirigimos a Trane, donde el jazz rock, o jazz blues manda.
El bajo con progresiones y escalas muy rítmicas y veloces, creando base pero contando mucho. No se limita a hacer fondos para la banda… lo hace todo.
Las guitarras muy articuladas (casi sobra la voz) y por momentos tienes la sensación de oír a los Allman Brothers.
La velocidad parece que varía, aunque no es así. Esto se debe a que se doblan y desdoblan el bajo eléctrico y la guitarra, dejando sólo, por momentos, al bajo, con un inusitado acierto y control. Es inmejorable. Si metes más notas, capas, o detalles, desviarías demasiado la atención. Es perfecto. Un solo muy acompañado, es arte puro. Y aunque es largo, se te hace corto, pues necesitas tiempo para asimilar toda esta información.
Final en dos tiempos, éxtasis… y nos vamos a uno de sus clásicos, uno de los temas definitorios de la banda, con nombre compartido. Mule.
Ritmo con batería y bombo. Todo se suma y empieza la presión y la fuerza. El bajo está increíble, con un desarrollo totalmente Jazz, y la voz a placer sobre todas estas capas, con cambios de partes y ritmos continuos. Es un tema de directo.
Aquí se define el power trio de blues rock o jazz rock experimental que forma esta banda. Al mas alto nivel.
Aparecen armónicas de vez en cuando. Y seguimos con cambios de ritmo, donde la sección rítmica se da la réplica y sustituyen el riff dominante para dejar espacio. La guitarra construye fraseos para desarrollar el tema con densidad. El bajista no puede tocar más ni mejor, esta desatado y usa todo el mástil (recuerda a Geezer de Black Sabbath en el uso que se le puede dar a un bajo). Y la batería sobre el bajo dejando el protagonismo a la voz, para marcar una especie de solo vocal y donde guitarra y armónica se mezclan.
Cara C.
Empezamos con Dolphineus, arpegiado, sutil, acústico, hermoso, algo de fuerza y gran estéreo (muy lejano oeste), para reafirmar una línea ralentizada sobre un toque español, casi andaluz.
Respiran, suena un cascabel, ganan algo de intensidad, todo es sin prisas, mucha clase.
Un gran comienzo que roza el sonido a música clásica del siglo XVIII…y entramos en el rock, con baterías y bajo gordos, gruesos, sobre platos para llevarnos a Painted Silver Light, y otra vez somos Gov´t Mule.
Cambios de ritmo con la guitarra como constructora y la sección rítmica dando cuerpo. Estos cambios van y vienen y el único nexo de unión es la voz, que unifica. Y a estas alturas ya estás enganchado a esta voz, perfecta, sobrada, ruda, sureña y casi definitoria de un estilo completo.
La guitarra es la protagonista, alternando riff con frases. Distorsiones elegantes y sonido siempre propio (lo que muchos buscan durante años esta banda lo alcanza en el primer disco). Solo muy articulado, denso y agradable sobre la base rítmica que va a piñón, llenándolo todo.
En Mr Big el bajo entra para marcar con mucha fuerza, muy presente. La voz entra luego y cada capa que se añade es para quedarse.
Mucho trabajo en la base, bajo las capas de guitarras y voces. Obviamente no son meros comparsas de Haynes, son co-protagonistas. El bajo octava muchísimo y juega en los agudos, la voz y la guitarra suben las calorías tanto en la melodía como en el riff. Otro temazo de directo para cerrar esta cara C del vinilo.
Cara D.
Encaramos el final de este viaje con Left Coast Groovies, en plan Jam Session, con voces de fondo y percusión de baquetas. La guitarra de fondo sin molestar. Parece un robado.
Falso arranque y de repente todo entra con vigor. Sobre una guitarra lanzada y riff muy definido. Presenta acelerones y frenadas. Progresiones de bajo sobre una batería loca y acompañando (aunque parece que van por libre) a la guitarra, que está con un desarrollo muy complejo.
El bajo está desatado, sin control (o con mucho control), casi deja atrás a la guitarra. esta vuelve para poner orden y dar algo de lógica a este torbellino… se arropa en el riff.
El solo de voz casi a capela, sobre unas líneas de bajo muy juguetonas y marcadas, para entrar las guitarras de fondo.
La energía no decae. Todos empujan con una fuerza y garra inusual. Nada está de más ni flojea en este disco, y así nos lleva al último tema, el más largo, sobre un bajo jazzy casi en solitario y marcando lo que ahora nos llega en forma de pedal, con un sonido casi perfecto. Modula y la guitarra entra con la voz en World Of Difference… para quedarnos 10 minutos, a placer, sin necesidad de pensar, donde todo lo dicen ellos. Tema denso, relajante, mántrico y donde la guitarra rinde sus respetos al bajo como indiscutible jefe.
La voz y la guitarra se dan la réplica y ambas herramientas son usadas por Haynes con meridiano control.
Es evidente que los tres son virtuosos, muy virtuosos de sus instrumentos, pero, sobre todo, tienen un gusto y elegancia destacados.
Solo elegante con el bajo octavando y la guitarra fraseando sobre este bajo. Ya no sabemos que nos gusta más. La línea de bajo es perfecta.
Juegan con la dinámica de forma continua, es un tema para degustar (y cuanto debemos, aun, aprender en la música).
Quien se haya leído este resumen creo que lo tendrá muy, muy claro. Poco más podemos añadir a un trabajo perfecto, gusto extremo, nivel muy por encima de la media y calidad general percibida soberbia.
La producción es inmejorable y la posición y definición de los instrumentos está muy lograda. El efecto estéreo ayuda a percibir este torrente de matices y notas.
Actualmente este grupo y Joe Bonamassa destacan en la escena sonora blues-rock de los Estados Unidos, y, por ende, del resto del planeta. Y os recomendamos encarecidamente que os atreváis con el resto de discos de Gov´t Mule, o incluso con sus sublimes videos de directo, donde todo lo dicho aquí quedará perfectamente refrendado.
Perfección pura y dura.