Wolverine rompe su silencio con “Anomalies”, una década después de su último álbum

Los suecos Wolverine ponen fin a diez años de silencio discográfico con Anomalies, su nuevo álbum de estudio que verá la luz el próximo 6 de febrero a través de Music Theories Recordings. Con su característico equilibrio entre melancolía y esperanza, la banda firma un regreso maduro y emocionalmente intenso.

portada Anomalies de Wolverine

Han pasado diez años desde que Wolverine publicara Machina Viva (2016), el que hasta ahora era su último larga duración. Desde entonces, el quinteto originario de Söderhamn había dejado un vacío que solo el EP A Darkened Sun (2021) consiguió mitigar, alimentando la esperanza de una vuelta definitiva. Esa promesa se materializa ahora con Anomalies, su séptimo trabajo de estudio, que verá la luz el 6 de febrero bajo el sello Music Theories Recordings.

El vocalista Stefan Zell afronta esta nueva etapa con una energía renovada y acompañado por los mismos compañeros de viaje de Machina Viva: Jonas Jonsson (guitarra), Thomas Jansson (bajo), Marcus Losbjer (batería) y Per Henriksson (teclados). Una formación cohesionada que ha logrado mantener intacta la esencia emocional y sonora del grupo, pero con una mirada más reflexiva hacia el paso del tiempo.

El primer adelanto del disco, A Perfect Alignment, sirve como introducción a una trilogía conceptual que se completa con Circuits y A Sudden Demise, tema que abrirá el álbum Anomalies. Según explica Zell, este conjunto de canciones refleja “la sensación de perder el rumbo, de no saber hacia dónde ir, algo muy presente en el proceso de madurez personal”. Por su parte, Losbjer añade que la semilla de A Perfect Alignment fue escrita hace más de dos décadas para un proyecto conceptual que nunca vio la luz, y que ahora encuentra su lugar con un inusual compás de 5/4 que termina por encajar de manera natural.

Las letras de Anomalies profundizan en el paso del tiempo, la pérdida y la aceptación, pero también en la reconciliación con uno mismo. Zell confiesa que muchas de las canciones nacieron de un momento de incertidumbre vital, aunque ahora se siente “en un lugar mucho más luminoso”. Ese contraste entre oscuridad y esperanza queda especialmente reflejado en Nightfall, una composición de melodías accesibles y casi bailables que, paradójicamente, esconde un texto sobre la ansiedad y el miedo a la muerte. “Sentía que cada noche alguien me pisaba el pecho —recuerda el vocalista—. Pero me fascinó la idea de contraponer esa angustia con una música que transmite libertad”.

El álbum también incluye piezas más introspectivas como My Solitary Foe, donde Zell explora los ciclos de autodescubrimiento que acompañan las dificultades de la vida. Esa honestidad lírica, unida a la elegancia instrumental característica del grupo, consolida a Anomalies como uno de sus trabajos más personales y ambiciosos hasta la fecha.

A lo largo de su trayectoria, Wolverine ha transitado desde sus primeros coqueteos con el death metal hacia un sonido progresivo y emocionalmente cargado, cercano a bandas como Katatonia o Riverside. Su evolución ha sido constante, pero siempre fiel a un estilo que combina la precisión técnica con una sensibilidad melódica poco común dentro del metal progresivo europeo.

En los últimos meses, la banda ha compartido imágenes del proceso de grabación y fragmentos de nuevas composiciones, dejando entrever una producción más orgánica y una mayor presencia de teclados atmosféricos. Todo apunta a que Anomalies no solo marcará el regreso de Wolverine, sino también una nueva etapa creativa en la que la madurez y la emoción van de la mano.