Kiss ha celebrado su último concierto de la gira europea con sus fans españoles. Unos 15.000 feligreses se dieron cita este lunes en el Barclaycard Center de Madrid, donde ni las altas temperaturas ni las largas horas en la cola -bajo un sol de justicia- hicieron mella en los seguidores, ansiosos por ver a sus ídolos. Fotos y crónica de María del Carmen Tajuelo.

Esta gira conmemora los 40 años que los Kiss llevan sobre los escenarios y, aunque parece ser que es la última, se han querido despedir a lo grande y como solo ellos saben hacer, dando un auténtico espectáculo de rock, fuego y plataformas. Un espectáculo que empezaba con los teloneros, The Dead Daisies, que estuvieron animando el ambiente y se entregaron a un público que ya desde el principio dio indicios de que iba a darlo todo. A destacar sus versiones de “Hush” y “Helter Skelter”, las cuales hicieron que el público fuese calentando las voces.

KissLos nervios y la emoción contenida al ver el gran telón con un plateado KISS, desaparecieron al caer este y al ver a la banda empezando con uno de sus grandes temas “Detroit Rock City”. Entre llamas y fogonazos, junto con todo el despliegue de pirotecnia, fueron interpretando grandes éxitos como “War Machine”, en el que Gene Simmons se puso a escupir fuego como si de un dragón se tratara.

Paul Stanley no dejó de interactuar con el público, animándolo en todo momento a corear con ellos los grandes temas. Si bien, en algún momento las voces de Stanley y Simmons pudieron pecar de no tener la misma fuerza que hace 40 años, no quita que en temazos como “Black Diamond” Stanley se subiera a una tirolina que lo llevó a mitad de la pista central a más de 15 metros de altura, o que Gene se subiera a una plataforma a otros tantos metros para interpretar el magistral tema “God of Thunder”, con el cual demostraron que Kiss tenía mucho todavía que ofrecer.

KissEl último as de la baraja lo guardaron para un apoteósico final con “Shout It Out Loud”, “I Was Made For Loving You Baby” y “Rock And Roll All Night”. Tres hits que hicieron que el público cantase las canciones como si en ello se les fuese la vida. Una gran despedida que estuvo llena de fuegos artificiales, serpentinas y plataformas elevadoras que subieron a KISS a lo más alto de la gloria.





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